Garcia Ramirez d. изм 1005 и 1030 - Индекс потомака
Из пројекта Родовид
Смрт: изм 1005 и 1030
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21/2 <1> ♀ Toda Garcés (Toda Viguera) [Garcés]3
41/3 <2+1> ♀ Toda Fortunez Ortiz de Aulestia [Ortiz]Свадба: <3> ♂ Iñigo Lopez de Vizcaya ? (Apodado, "Ezquerra".) [Haro] b. ~ 1010 d. ~ 1077
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51/4 <4+3> ♂ Lope Iñiguez ? (Lope II Iñiguez, Apodado " El Rubio") [?]Титуле : Señor de Vizcaya, II. Desde el año 1076 hasta el 1093.
Свадба: <4> ♂ Tecla Diaz de Oca [Oca]
Смрт: ~ децембар 1093
Primogénito de Íñigo López (primer señor de Vizcaya y teniente de Nájera) y de su esposa Toda Ortiz, desempeñó un papel histórico de primera magnitud en la incorporación de Vizcaya, Álava, La Rioja y la zona occidental de Guipúzcoa al Reino de Castilla. Aunque en 1074 al frente de la tenencia riojana de Alberite, según confirma un documento del monarca pamplonés Sancho Garcés IV, pronto entró en la órbita de Alfonso VI de Castilla. Al igual que otros magnates del reino de Pamplona, Nájera se enfrentó a Sancho IV en su deseo de patrimonializar las facultades jurisdiccionales recibidas por delegación regia. En este sentido, un movimiento más pudo haber sido su enlace matrimonial con Ticlo (o Tecla), hija del noble castellano Diego Álvarez, señor de Oca, presente en el entorno de Alfonso VI desde 1072. Así, cuando Sancho IV fue asesinado en 1076, el conde Lope Íñiguez y su suegro prestaron vasallaje al rey castellano y le entregaron la ciudad de Nájera. Esta actitud pro-castellana le diferenció respecto a la fidelidad a la Monarquía pamplonesa mantenida por su padre, todavía vivo. Una vez fallecido su progenitor, también en 1076, Lope Íñiguez ostentó ya el título familiar de conde de Vizcaya. En contra de lo apuntado por García Gallo, sí parece que ejerció una labor jurisdiccional bajo la autoridad del Rey sobre este territorio, al ser mencionado con frecuencia como comes in Bizcahia; de este modo, quedó establecida la transmisión hereditaria de este señorío desde este momento tan temprano. Una consecuencia de su capacidad jurisdiccional sobre este espacio sería la ausencia del merino regio dentro de él; por tanto, a Blaga Esteriz, merino en toda Vizcaya en 1082, se le debe identificar como un aristócrata local que ejerció funciones administrativas delegadas por Lope Íñiguez. Aunque Moxó estima que estos primeros señores de Vizcaya contaban con escasas propiedades en este territorio y basaban su dominio en el ejercicio del poder jurisdiccional, el espacio vizcaíno constituyó el núcleo de su patrimonio; en consecuencia, dispuso de los monasterios de San Vicente de Ugarte (con sus decanías de Ibargorocica, Tuda y San Miguel Arcángel en Bermeo) y de San Andrés de Astigarribia, así como de propiedades en Cornúquiz. Su citado matrimonio con Ticlo le proporcionó bienes y derechos en tierras castellanas (concretamente en Siniestra, Hornillos, Zambrana y Tosantos), cuya intención de ampliarlas se evidencia al comprar una viña en Zambrana. Para García de Cortázar, esta bipolarización del patrimonio en Vizcaya y las estribaciones septentrionales de la sierra de la Demanda revela la existencia de una circulación ganadera trashumante entre ambos espacios montañosos. La existencia de Lope Íñiguez se ubica en una coyuntura de lenta transformación en Vizcaya: desde una sociedad articulada sobre las relaciones de parentesco extenso, a una jerarquización social basada en la territorialidad. En este proceso, ampliamente estudiado por García de Cortázar, el II señor de Vizcaya protagonizó un doble y contradictorio papel de aculturación aceleradora y de resistencia ante estas mismas innovaciones. Por un lado, sus intereses trascendieron ampliamente el espacio vizcaíno y, por tanto, le obligaron a fijar un código de comportamientos socioeconómicos aplicables durante sus ausencias, así como a liberar un excedente mediante la individualización de la producción; de ahí que protagonizase iniciativas en pos de una territorialización de las relaciones sociales. En primer lugar, se apoyó en los citados monasterios vizcaínos y en sus decanías para articular su derecho de propiedad sobre un espacio poco individualizado. En segundo lugar, instaló unos colonos en sus casas con divisa situadas en Cornúquiz; una fijación de población en unos bienes de aprovechamiento colectivo, la divisa, que supuso un primer paso hacia una individualización de la propiedad. Y, además, sus donaciones de bienes y derechos ubicados en Vizcaya al monasterio de San Millán de la Cogolla en 1082 y 1086 trajeron consigo la inserción de estas heredades dentro de la red de propiedad territorial del cenobio riojano. Estas donaciones reflejan también la estrecha vinculación de Lope Íñiguez con este monasterio, relación heredada de su padre y ratificada con su asidua presencia en la confirmación de documentos emilianenses. Por otro lado, él mismo se hallaba inmerso en unas redes de parentesco extenso que reprodujo, quizás de un modo inconsciente, en sus actos jurídicos. Así, sus hermanos García y Galindo lo confirmaron en operaciones de enajenación del patrimonio familiar en 1082 y 1084 y, de igual modo, también signaron junto a él documentos de otros en 1080 y 1085. Un último dato respecto de la resistencia ofrecida por el carácter familiar de su patrimonio se encuentra en la cláusula de retracto troncal contenida en la donación que su viuda Ticlo, acompañada de sus hijos, realizó a favor de San Millán de la Cogolla en 1093. Esta cláusula de retracto se hizo extensiva al resto de propiedades donadas a dicho monasterio por Lope Íñiguez y por el progenitor de éste. Mantuvo su fidelidad al monarca castellano Alfonso VI a lo largo de toda su vida, pues confirmó documentos emitidos por la Cancillería regia desde los citados acontecimientos de 1076 hasta su fallecimiento en 1093. De igual modo, junto a otros nobles, acompañó al monarca castellano en sus campañas militares; en 1089, Lope Íñiguez participó en el socorro a García Jiménez (cercado en el castillo de Aledo por el ejército almorávide de Yusūf), forzando la retirada de las tropas norteafricanas. En opinión de Balparda, es posible que también dirigiese a los señores alaveses integrados en las huestes alfonsinas derrotadas por el mismo caudillo almorávide cuatro años antes en Zalaca. Esta colaboración no estuvo exenta de conflictos, la donación del monasterio de San Andrés de Astigarribia a San Millán de la Cogolla por parte del señor de Vizcaya hacia 1086 es un ejemplo de ello; aunque en el momento de la entrega se reconoció que dicho cenobio es ex parte regale, resultó precisa la confirmación regia de dicha operación cinco años más tarde. En contrapartida, el rey de Castilla, a pesar de no permitirle conservar la tenencia de Nájera (ciudad que había gobernado su padre Íñigo López), sí recompensó sus servicios. En un primer y esporádico momento figuró como comes (conde) en Belorado en 1077; sin embargo, poco después Alfonso VI centró su recompensa en territorios más cercanos a Vizcaya, donde se concentraban los intereses patrimoniales y jurisdiccionales de Lope Íñiguez. Concretamente, le confirió el gobierno de Álava y de la porción de Guipúzcoa incorporada a Castilla; de este modo, Lope Íñiguez confirmó documentos como conde en Álava desde 1081 y, con menos frecuencia, en Guipúzcoa a partir del año siguiente. Esta delegación de facultades administrativas a nobles sobre espacios tan cercanos a la base del poder patrimonial de éstos no resulta habitual dentro de las directrices políticas de Alfonso VI. Bajo este Monarca, sólo García Ordóñez en Nájera y Fernando Díaz en Asturias aparecen tan frecuentemente vinculados a labores de gobierno en unos territorios concretos como Lope Íñiguez. Según Martínez Díez, el rey castellano permitió excepcionalmente estas concentraciones espaciales de los poderes jurisdiccional y patrimonial, porque se trataba de territorios periféricos y/o recién incorporados a la Monarquía castellana, depositados en manos de nobles de probada fidelidad. Respecto a la fecha de su muerte sólo se conoce el año. Su última intervención tuvo lugar el 22 de febrero de 1093, cuando testificó un diploma de Alfonso VI. Poco después, ese mismo año, su mujer, la condesa Ticlo, y los hijos de ambos (Diego López, primogénito y futuro señor de Vizcaya, Sancho López, Teresa, Sancha y Toda) entregaron a San Millán de la Cogolla la integridad del monasterio de Alboñiga y sus decanías por la salvación del alma del ya difunto Lope Íñiguez. De este modo, cerró su existencia reafirmando dos fidelidades que respondían a otras tantas inquietudes básicas en la vida de cualquier hombre de su tiempo: mediante el servicio al monarca castellano, ampliar los bienes terrenales y, a través de la generosidad con el monasterio riojano, obtener la salvación eterna.
Real Academia de la Historia.- Tomas Saenz de Haro.-http://dbe.rah.es/biografias/43962/lope-iniguez5
111/5 <5+4> ♂ Diego Lopez I de Haro (Apodado, "El Blanco".) [Haro]Свадба: <6> ♀ Maria Sanchez de Navarra [Navarra]
Титуле : изм 1093 и 1124, Señor de Vizcaya, III
Смрт: 1124
Tercer señor de Vizcaya, conocido con el apelativo de el Blanco, nacido hacia 1070 y muerto en 1124. Durante su gobierno Vizcaya pasó a control aragonés y no volvió a la órbita castellana hasta el señorío de su sucesor.
Fue hijo de don Lope Íñiguez y de doña Tecla. Heredó el señorío de Vizcaya a la muerte de su padre, en 1093, mientras que Lope González, casado con su hermana doña Toda, recibió la tenencia de Álava, después de que ambos señoríos hubieran estado unidos durante el gobierno de don Lope. Después de la muerte de su primera esposa, doña Aldonza Díaz de Castro, con quien no tuvo descendencia, se desposó en segundas nupcias con María Sánchez y tuvo cuatro hijos: don Lope Díaz de Haro I, don Sancho, don Fortuño y don Gil.
Su señorío coincidió con los últimos años de reinado de Alfonso VI y la turbulenta época del reinado de doña Urraca, casada con Alfonso I el Batallador, rey de Navarra y Aragón. Don Diego tomó partido en la guerra civil entre ambos esposos por el bando castellano y en 1112 participó en la batalla de Castrojeriz. Poco después fue desposeído de la Rioja por el rey don Alfonso, que entregó su señorío a Fortún Garcés, de acuerdo con la política de sustitución de condes adictos a Castilla por personajes pro-aragoneses. En 1113 fue despojado de Vizcaya, que el rey entregó a Lope Íñiguez, de Guipúzcoa. Pero después de la reconciliación que tuvo lugar entre Urraca y Alfonso en 1113, el rey aragonés no necesitó de los servicios del guipuzcoano al frente de Vizcaya y volvió a entregar su tenencia a don Diego, que obtuvo además el dominio de Álava. Hacia 1115 añadió Haro a sus posesiones y construyó allí un castillo para oponerse a la influencia del rey don Alfonso. Desde 1117 tomó Haro como parte de su apellido, apelativo que desde entonces usaron los señores de Vizcaya. Pero en 1116 todo Vizcaya y las Encartaciones volvieron a caer en poder de Alfonso el Batallador. Diego López de Haro murió en 1124, cuando aún permanecía el señorío de Vizcaya en manos aragonesas. En 1126 Lope Díaz de Haro I, hijo de don Diego volvió a recuperar su dominio, al mostrarse adicto a Alfonso VII de Castilla.
Bibliografía
GARCÍA DE CORTÁZAR, J.A. El dominio del monasterio de San Millán, siglos X al XII. Salamanca, 1969.
DE LEZA, J. Los López Díaz de Haro, Señores de Vizcaya y Señores Cameros en el gobierno de la Rioja durante la Edad Media: 1016-1134. Logroño, 1954.
SERRANO, L. Orígenes del Señorío de Vizcaya en época anterior al siglo XII. Bilbao, 1941.
VVAA. Edad Media y Señoríos: el Señorío de Vizcaya. Bilbao; Publicaciones de la Excma. Diputación Provincial de Vizcaya, 1972.
JMMT
Autor
Juan Miguel Moraleja Tejero : http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=lopez-de-haro-diego-sennor-de-vizcaya6
171/6 <12+?> ♂ Inigo Lopez de Mendoza I [Mendoza]Титуле : Señor de LLodio II, al que añadió el señorío de Burgos, Soria y Castilla la Vieja
Свадба: <7> ♀ Maria Garcia Salvadorez [Salvadorez]
Титуле : Alférez Real de Castilla. desde el año 1158
Свадба: <8> ♀ Mencia Arias [?]
Свадба: <9> ♀ Aldonza Rodriguez de Castro [Castro]
Титуле : изм 1124 и 1170, IV Señor de Vizcaya. Desde el año 1124 hasta el 1170.
Смрт: 1170
Conde castellano, hijo de Diego López de Haro I y de María Sánchez. Desposeído de los territorios vizcaínos —señorío familiar— tras la derrota y muerte de su padre frente a las tropas de Alfonso el Batallador (1124), se mantuvo fiel a la Casa Real castellano-leonesa.
En la primavera de 1126 acató al nuevo soberano, Alfonso VII, junto a quien luchó por recuperar el control de los territorios castellanos y riojanos aún en poder del Batallador. Por entonces, Nájera, plaza muy vinculada a los Haro, estaba en manos de nobles afines a Alfonso I y lo mismo podría decirse del señorío vizcaíno. En lo que respecta a los territorios vascos, las paces de Támara (1227) legitimaron el control navarro de aquellos territorios, en manos del conde Ladrón desde la derrota de Diego López de Haro.
La reacción castellano-leonesa se vio beneficiada por la muerte de Alfonso I de Aragón y la restauración de la independencia navarra por García Ramírez.
En mayo de 1135, se halla Lope Díaz de Haro al frente de la Vizcaya nuclear, aunque Durango y las comarcas guipuzcoanas permanecieron en manos del rey García. No obstante, Alfonso VII, que había asumido la dignidad imperial, no tardó en aceptar el vasallaje de García IV, reconociendo su posesión de los territorios vascos bajo fórmulas de vasallaje. El desplazamiento de los Haro se vio completado con la permanencia del conde Ladrón Íñiguez en Vizcaya, Álava y Guipúzcoa, si bien un nuevo enfrentamiento armado le deparó su captura y derrota por las tropas castellanas. El conde fue obligado a prestar vasallaje a Alfonso VII y a reconocer la incorporación de Álava a Castilla, mientras que Vizcaya y Guipúzcoa permanecían bajo soberanía navarra a cargo de Vela Ladrón, hijo del anterior.
Entre tanto, Lope Díaz de Haro I vio recompensada su fidelidad a Alfonso VII con la dignidad condal, la concesión de tierras al oeste del río Nervión, entre ellas las Encartaciones, y la tenencia de varias comarcas y fortalezas de Castilla la Vieja y La Rioja occidental.
Incluso se llega a documentarle al frente de Álava durante el sometimiento del conde Ladrón, aunque algo debió empañar la relación entre Alfonso VII y su vasallo, pues el conde Lope desaparece de la Corte en 1140. El motivo de la desavenencia pudo estar en el reconocimiento del dominio navarro sobre Vizcaya o en algún desacuerdo sobre los territorios y tenencias entregados a su cargo. De hecho, la actitud hostil de García Ramírez en los años previos, pese a haber jurado vasallaje al Emperador, fue solventada con nuevas paces en 1140, que volvieron a sancionar el control navarro de los territorios vascos.
No se sabe si Lope Díaz de Haro I participó en la conquista del Alto Valle del Guadalquivir y la ciudad de Almería (1147), pues nada dicen las fuentes.
No obstante, parece que había recuperado el favor regio, aunque ello no evitó nuevos acuerdos entre Alfonso VII y la familia Ladrón, quienes confirman en los diplomas de Sancho III desde 1153, aún bajo la autoridad del Emperador. La presencia de Don Sancho III en Nájera explica la vinculación de Lope Díaz de Haro I con el que sería sucesor de Alfonso VII, pues el conde era tenente de aquella localidad y se había asentado en las comarcas del Alto Ebro. En los primeros meses de 1158, al poco de acceder Sancho III al trono castellano, se halla al magnate a cargo de la alferecía regia, sin abandonar su decidida participación en el gobierno y defensa de La Rioja durante los años difíciles que siguieron a la muerte del Soberano.
Las disputas políticas durante la minoría de Alfonso VIII, cuya Corte se encontraba dominada por los Lara, ampliaron el poder de Lope Díaz de Haro, pues la conflictividad reinante en las comarcas fronterizas de Castilla y León dejaron el sector nororiental en manos del tenente de Nájera, que también controlaba Castilla la Vieja y Trasmiera. El conde Lope Díaz gozó de gran autonomía y poder en los territorios bajo su mando, en connivencia con los Lara. Esta actitud encontró su paralelismo en las alianzas matrimoniales, pues Lope Díaz de Haro casó con Aldonza, dama gallega emparentada con los Traba y, por tanto, familiar de Teresa Fernández, esposa de Nuño Pérez de Lara. A su vez, dos de las hijas de Lope Díaz enlazaron con Álvaro Pérez y Pedro Rodríguez de Lara, mientras que su hijo y heredero, Diego López de Haro II, contrajo esponsales con María Manrique de Lara.
Los ataques navarros en torno a 1163, cuando Sancho VI llegó a ocupar Logroño, Álava, Grañón y otras localidades de la región, evidencian la debilidad castellana durante aquellos años. Sin embargo, no se puede olvidar que esta fecha coincide con la marcha del conde Vela Ladrón, noble navarro que había acudido a la Corte castellana unos años antes y que estuvo al frente de Álava y gran parte de Vizcaya antes, durante y después de su presencia en Castilla, pues su regreso a la obediencia navarra supuso el retorno a este reino de las comarcas vascas que controlaba. En momentos como éste se demostró la valía del conde Lope Díaz y el oportunismo de sus acuerdos con los Lara, pues los castellanos no tardaron en recuperar posiciones en La Rioja, hasta que las paces de 1167 pusieron formalmente fin a las hostilidades. Eso sí, reconociendo la ocupación navarra de Logroño.
La confianza que los Lara otorgaron a Lope Díaz de Haro I se plasma perfectamente en 1165, cuando el conde y su yerno Álvaro Pérez de Lara se encargaron temporalmente de la custodia del joven Alfonso VIII.
El magnate aprovechó la ocasión para beneficiar al monasterio najerense de Santa María la Real, contando con la complicidad de Álvaro Pérez de Lara y Pedro Jiménez de los Cameros. Eran momentos difíciles, pues a los conflictos existentes con el reino de León se sumaba la continua hostilidad navarra en La Rioja, frenada por la presencia del conde Lope Díaz de Haro en Nájera y su fidelidad, como la de los señores de los Cameros, a Alfonso VIII. Es posible que la dificultad de defender los territorios a su cargo llevara a Lope Díaz de Haro a renunciar al control de Castilla la Vieja, en manos del conde Nuño Pérez de Lara en 1169, aunque mantuvo el gobierno de Nájera.
El conde Lope Díaz de Haro I pudo contemplar el acceso de Alfonso VIII a la mayoría de edad, pero no vivió mucho más, pues falleció en la primavera de 1170. Fue entonces cuando el conde Nuño de Lara, anterior regente de Castilla, recibió la tenencia de Nájera.
En lo que respecta a Vizcaya, la parte oriental del señorío y los territorios de Álava estuvieron controlados por la familia Ladrón, por lo que Lope Díaz de Haro sólo pudo transmitir a su hijo el gobierno del sector occidental vizcaíno, próximo a su tenencia de Trasmiera.
Lope Díaz de Haro I había casado en dos ocasiones, sin que se conozca el nombre de su primera mujer.
De este enlace nacieron Lope y Sancho López, aparte de otras dos probables hijas, Sancha y María.
Sin embargo, su descendencia más destacada fue la habida en la condesa Aldonza. De este matrimonio nacieron Diego López de Haro II, que le heredó al frente de su parentela y dominios, y Rodrigo, García, Urraca, Mencía, Estefanía, Aldonza, Elvira y Toda López. De ellos, aparte del mencionado sucesor, son de destacar Urraca López de Haro, reina de León por su matrimonio con Fernando II, y la condesa Mencía, que llegó a ser abadesa del monasterio de San Andrés de Arroyo y testamentaria de Alfonso VIII.
Bibl.: J. A. Llorente, Noticias históricas de las tres provincias vascongadas [...] de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya y el origen de sus fueros, Madrid, Imprenta Real, 1806-1808, 5 vols.; L. de Salazar y Castro, Historia genealógica de la Casa de Haro, Madrid, Imprenta Vicente Rico, 1920, 2 vols. (ed., pról. y notas de D. de la Válgoma y Díaz-Varela, Madrid, Real Academia de la Historia, 1959); L. Sánchez-Belda (ed.), Chronica Adefonsi Imperatoris, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1950; J. González González, El Reino de Castilla y León en la época de Alfonso VIII, Madrid, CSIC, 1960; E. de Labayru, Historia general del señorío de Vizcaya, Bilbao, La Gran Enciclopedia Vasca, 1968; VV. AA., Edad Media y señoríos: El señorío de Vizcaya, Bilbao, Excma. Diputación de Bizkaia, 1972; G. de Balparda y de las Herrerías, Historia crítica de Vizcaya y de sus fueros, Bilbao, Caja de Ahorros Municipal, 1974; G. Monreal Cía, Las instituciones públicas del Señorío de Vizcaya (hasta el siglo xviii), pról. de A. García Callo, Bilbao, Diputación de Vizcaya, 1974; M. Recuero Astray, Alfonso VII Emperador: el imperio Hispánico en el siglo xii, León, Centro de Estudios e Investigación San Isidoro, 1979; B. F. Reilly, The Kingdom of León-Castilla under Queen Urraca, 1109-1126, Princeton, Princeton University Press, 1982; VV. AA., Congreso de estudios históricos sobre Vizcaya en la Edad Media, San Sebastián, Txertoa, 1986; J. Canal Sánchez- Pagín, “La casa de Haro en León y Castilla durante el siglo xii. Nuevas conclusiones”, en Anuario de Estudios Medievales, XXV, 1 (1995), págs. 3-37; J. A. García de Cortázar y Ruiz de Aguirre, “El señorío de Vizcaya: personalidad y territorialidad en la estructura institucional de un señorío bajomedieval”, en M. Á. Ladero Quesada, et al., Poderes públicos en la Europa Medieval: principados, reinos y coronas, XXIII Semana de Estudios Medievales, Estella, 22-26 de julio de 1996, Pamplona, Departamento de Educación y Cultura, 1997, págs. 117-148.
Смрт: > 1170
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331/7 <17+7> ♀ w Inés Íñiguez de Mendoza [Mendoza]"Sin embargo del silencio que entre los instrumentos hallamos de la sucesión de D. Lope López, por buenas memorias y por aserción de algunos autores tenemos por hijo de este Príncipe a Sancho López, Señor del lugar de Cárdenas, cerca de Nájera, que por esto está llamado Sancho López de Cárdenas el año 1232 en la escritura en que D. Alvar Pérez de Castro vendió su villa de Paredes a D.ª Mencía López de Haro, después reina de Portugal, de que este caballero fue testigo."
L. de Salazar y Castro: Historia genealógica de la Casa de Haro, Madrid, 1920, t. I, p. 322.: http://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/eu/haro-lope-lopez-de/ar-58416/
Lope Lopez, o Diaz, existen tres versiones sobre su origen materno, en la primera Lope García de Salazar afirma en sus "Bienandanzas e Fortunas" que fue el hijo mayor de Lope IV Diaz de Haro y que tanto el como el segundo hijo, Sancho Lopez fueron bastardos , otra segunda versión apunta a que fuera entre otros, hijo de la primera mujer de aquel, Mencia Arias, y que el resto de hijos fueron de su segunda mujer, Aldonza Rodriguez y una tercera afirma que todos sus hijos los tuvo de su segunda mujer. Un apunte que parece decantar como mas lógica la versión de Lope Garcia de Salazar, es que siendo Lope Lopez el hijo mayor, la linea de la casa de Haro no sigue en el, ni en su segundo hijo Sancho Lopez, si no en su tercer hijo Diego Lopez, primer hijo de su segunda mujer Aldonza, heredando este junto a sus hermanos maternos, la casa y sus cargos.
Señor de Miranda de Ebro, Almenara y Palazuelos de la SierraСвадба: <11> ♀ Maria Manrique de Lara [Lara]
Свадба: <12> ♀ Toda Perez de Azagra [Azagra]
Титуле : изм 1179 и 1214, Señor de Vizcaya, V. Desde el año 1179 hasta el 1214.
Смрт: 16 септембар 1214, Burgos, Castilla y Leon, España.
Diego López II de Haro dicho el Bueno o también el Malo (m 16 de octubre de 1214). Hijo de Lope Díaz I de Haro, conde de Nájera (a. 1126-1170) y de la condesa Aldonza. Fue un magnate de primera importancia en el Reino de Castilla durante el reinado de Alfonso VIII (1158-1214). Desempeñó un papel decisivo en el ascenso del linaje Haro así que en la construcción de la identidad nobiliaria de este grupo, que iba a dominar la sociedad política castellana, y después castellano-leonesa, durante todo el siglo XIII. Una lucha de propaganda alrededor de este personaje clave entre sus sucesores y la monarquía en un momento de graves disturbios políticos condujo, a finales del siglo XIII, a la elaboración de una imagen negra y de una leyenda dorada, que acabaron en la elaboración de sus apodos opuestos.3 Contrajo dos matrimonios: uno con María Manrique de Lara (aunque algunos autores opinan este matrimonio no existió) y con Toda Peréz de Azagra. Tuvo unos 9 hijos, entre ellos, su sucesor en el señorío de Vizcaya, Lope Díaz II de Haro.
López de Haro, Diego. El Bueno. Señor de Vizcaya. ?, c. 1155 – 18.IX.1214. Noble, señor.
Noble castellano y señor de Vizcaya, hijo del conde Lope Díaz de Haro I y de la condesa Aldonza, su segunda mujer. Aunque algunos autores lo distinguen de Diego López de Fenar, investigadores posteriores defienden que se trata del mismo individuo, pues las variaciones nominales eran frecuentes en esta época y existen pruebas que confirman tal identificación. Pese a no ser el primogénito de Lope Díaz I, Diego sucedió a su padre al frente de los Haro, logrando afianzar el control familiar del señorío vizcaíno. No hay que olvidar que los derechos sucesorios de los primogénitos no estaban afianzados a mediados del siglo xii, sin que por ello neguemos cierto favoritismo paterno y una valía personal que le hicieran destacar sobre sus hermanos. De sus hermanos mayores, sabemos que Lope López casó con María de Almenar y continuó la labor de su progenitor, aunque falleció en torno a 1175, y de Sancho López apenas se conoce su existencia. Diego López de Haro II inició su intervención en la Corte castellana en 1176, fecha en la que comenzó a confirmar en los diplomas reales. En la década de 1180 se hizo con el gobierno de Nájera, justo después de fallecer Pedro Rodríguez de Lara, su tenente desde 1171 y, a la sazón, su cuñado. Además de esta villa, centro neurálgico de La Rioja más occidental, Diego obtuvo las tenencias de Haro, Grañón, Bureba, Belorado, Burgos, Castilla Vieja, Valdegovia y Trasmiera, territorios muy vinculados a su familia. Respecto al señorío de Vizcaya, heredó de su padre el dominio sobre las Encartaciones y la Vizcaya nuclear, territorios que serían ampliados en las décadas posteriores. Aunque recibió la alferecía regia en abril de 1183, los avatares políticos le impulsaron a abandonar a su Soberano. Las razones de este cambio de actitud no están claras y, si bien pudieron afectarle la influencia de Fernando Núñez de Lara en la Corte castellana o posibles actuaciones del Monarca contrarias a los intereses de Diego, lo cierto es que pesó el matrimonio de su hermana Urraca López con el soberano de León, Fernando II. Sea como fuere, ya en 1183 se encontraba entablando conversaciones con la Corte inglesa, aunque fue en junio de 1187 cuando acudió al reino leonés, donde le fueron entregadas las tenencias de Aguilar, Monteagudo, Salamanca y la Extremadura. Entre tanto, en Castilla fueron varios los nobles que se beneficiaron de la ausencia de Diego López, recibiendo las plazas otrora en su poder. Éste fue el caso del conde Fernando Núñez de Lara, quien además le sustituyó en la alferecía regia. Poco duró la ausencia del magnate, pues sus actuaciones en beneficio de Alfonso VIII y las paces firmadas entre este Monarca y Alfonso IX le permitieron regresar a Castilla y recuperar el favor regio. Diego López de Haro II volvió a ostentar la alferecía del Monarca y las tenencias de Bureba, Castilla Vieja y La Rioja en 1189, y la de Trasmiera al año siguiente. Es más, obtuvo el control de nuevos distritos, de ahí que algunas fuentes aludan a su gobierno de los territorios situados entre Soria y el mar Cantábrico, siempre bajo la autoridad de Alfonso VIII. A mediados de la década de 1190 se decidió a peregrinar a Tierra Santa, aunque la necesidad de defender Castilla le impulsó a solicitar dispensa pontificia en 1196. Existían razones de peso para renunciar a tal proyecto, pues los almohades habían derrotado a los cristianos el año anterior, poniendo en serio peligro a las tropas de Alfonso VIII. Su alférez, Diego López de Haro II, tuvo que refugiarse precipitadamente en Alarcos, hasta que se vio obligado a rendir la plaza a cambio de su vida y la de sus defensores. Diego y otros nobles se disgustaron con el Monarca a raíz de la batalla y, aunque este asunto pudo originar la concesión temporal de la alferecía a Gómez García de Roa, en 1196 el de Haro recuperó este oficio y participó en la defensa de Madrid, hostigada por los musulmanes. La debilidad castellana fue aprovechada por Sancho VII de Navarra, quien protagonizó una incursión por La Rioja y Soria. Esta acción militar fue contrarrestada con prontitud por los castellanos, que entre 1198 y 1199 ocuparon la mayor parte de Álava y Guipúzcoa. El principal beneficiario fue Diego López de Haro II, que se hizo con las tenencias de Marañón y San Sebastián, aunque nuevas desavenencias con el Monarca ocasionaron la devolución de los castillos a su cargo y el exilio voluntario. Marchó a Navarra, donde estaba entre 1201 y 1203 al frente de la tenencia de Estella, desde la que hostigó a las tropas de Alfonso VIII. En respuesta, el Monarca sometió el señorío de Vizcaya y, de paso, algunas comarcas aún en manos navarras. En esta ocasión pesó el enojo del noble por la fundación de nuevas villas, el impulso de poblaciones de realengo en comarcas de su influencia, como Miranda de Ebro o Frías, y la concesión de mejoras jurídicas a localidades ya existentes, entre ellas Logroño y Haro. No obstante, tampoco se puede olvidar el simultáneo beneficio de algunos magnates rivales, como los Lara, la negativa de Alfonso VIII a intervenir en el conflicto surgido entre Alfonso IX y su madrastra Urraca López de Haro y las probables pretensiones de Diego a la anexión de Durango, petición, esta última, que sería atendida años después. Si en 1201 las desavenencias con Alfonso IX —por cuenta del trato dispensado a su hermana Urraca— le hicieron decantarse por Navarra, en 1204 llegó a un acuerdo con el leonés y acudió a su Corte, donde le fueron concedidas algunas tenencias gallegas y asturianas. La Paz de Cabreros (1206) le permitió regresar a Castilla y lograr la reconciliación con su Soberano, recuperando la alferecía regia y sus posesiones. Hasta tal punto se alcanzó la concordia que el Monarca lo designó albacea de su testamento y ordenó que le fuera restituido todo cuanto se le había confiscado. Entre las tenencias que le fueron devueltas estaban las de Bureba, La Rioja, Castilla Vieja y Álava, que se sumaban a su control sobre Vizcaya. A partir de entonces Diego López II se mantuvo junto a Alfonso VIII, participando en la revancha castellana contra los almohades. Sus éxitos en la batalla de Las Navas (1212) y otras acciones militares le hicieron merecedor del Duranguesado, que incorporó a su señorío vizcaíno. No disfrutó mucho de tal donación, pues falleció en septiembre de 1214, no sin antes beneficiar al monasterio de Santa María la Real de Nájera, donde sería enterrado. Su valía fue reconocida por sus contemporáneos, pues los textos de la época resaltan sus cualidades de fiel vasallo, “varón noble y valeroso en armas”. Casó en dos ocasiones. Su primer matrimonio, resultado de los acuerdos de su padre con la casa de Lara, fue con María Manrique, hija del regente de Castilla en la década de 1160, quien engendró, que se sepa, a Lope Díaz de Haro II. De su segundo enlace, contraído en torno a 1190 con Toda Pérez de Azagra, nacieron Pedro Díaz, Urraca y María Díaz, que casaron con los hermanos Álvaro y Gonzalo Núñez de Lara, y Aldonza Díaz, que desposó con Rodrigo Díaz de los Cameros. Es palpable el trasfondo político existente en estos matrimonios, pues, si el enlace de Diego con la hija de Pedro Ruiz de Azagra respondió a las buenas relaciones de Alfonso VIII y los señores de Albarracín, las nupcias de sus hijas Urraca y María coincidieron con un acercamiento de los Haro y los Lara a raíz de la derrota de Alarcos y previos a la batalla de las Navas.
Bibl.: J. A. Llorente, Noticias históricas de las tres provincias vascongadas [...] de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya y el origen de sus fueros, Madrid, Imprenta Real, 1806-1808, 5 vols.; L. de Salazar y Castro, Historia genealógica de la Casa de Haro, Madrid, Imprenta Vicente Rico, 1920, 2 vols. (ed., pról. y notas de D. de la Válgoma y Díaz-Varela, Madrid, Real Academia de la Historia, 1959); J. González González, El Reino de Castilla y León en la época de Alfonso VIII, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1960; E. de Layburu, Historia general del señorío de Vizcaya, Bilbao, La Gran Enciclopedia Vasca, 1968; VV. AA., Edad Media y señoríos: El señorío de Vizcaya, Bilbao, Diputación Provincial de Vizcaya, 1972; G. de Balparda y de las Herrerías, Historia crítica de Vizcaya y de sus fueros, Bilbao, Caja de Ahorros Municipal de Bilbao, 1974; G. Monreal Cía, Las instituciones públicas del Señorío de Vizcaya (hasta el siglo xviii), pról. de A. García Callo, Bilbao, Diputación Provincial de Vizcaya, 1974; VV. AA., Congreso de estudios históricos sobre Vizcaya en la Edad Media, San Sebastián, Sociedad de Estudios Vascos, 1986; R. Jiménez de Rada, De Rebus Hispanie sive Historia Gótica, ed. de J. Fernández Valverde, Turnholt, typographi Brepols, 1987; J. Canal Sánchez-Pagín, “La casa de Haro en León y Castilla durante el siglo xii. Nuevas conclusiones”, en Anuario de Estudios Medievales, XXV/1 (1995), págs. 3-37; J. A. García de Cortázar y Ruiz de Aguirre, “El señorío de Vizcaya: personalidad y territorialidad en la estructura institucional de un señorío bajomedieval”, en M. Á. Ladero Quesada et al., Poderes públicos en la Europa Medieval: principados, reinos y coronas, XXIII Semana de Estudios Medievales, Estella, 22- 26 de julio de 1996, Pamplona, Departamento de Educación y Cultura, 1997, págs. 117-148; A. Sánchez de Mora, La nobleza castellana en la Plena Edad Media: El linaje de Lara, tesis doctoral, Sevilla, Universidad, 2003 (inéd.).
Свадба: <13> ♂ Ferdinand II von León [Burgund-Kastilien] b. 1137 d. 22 јануар 1188
Смрт: 1226
Титуле : Señor de LLodio III
Свадба: <14> ♀ Teresa Ximenez de Cameros [Cameros]
Смрт: 12 јул 1189, Sepultado en el Monasterio de Bujedo
8
361/8 <21+11> ♂ Lope Diaz de Haro (Lope Diaz II de Haro, Apodado "Cabeza Brava".) [Haro]Свадба: <37!> ♀ w Urraca Alfonso de León [León] b. 1197 d. изм 1244 и 1258
Contrajo matrimonio con Urraca Alfonso de León, hija del rey Alfonso IX de León. Tuvo con ella varios hijos entre ellos: Diego López III de Haro, Sancho López de Haro, Lope López de Haro el Chico, Alonso López de Haro, abuelo de Juan Alfonso de Haro señor de los Cameros, y Berenguela López de Haro, casada con Rodrigo González Girón.
Tuvo otros tres hijos con Toda de Santa Gadea, señora muy noble y principal del linaje de los Salcedos señores de Ayala, que fueron Mencía López de Haro reina de Portugal, mujer del rey Sancho II de Portugal, Lope Díaz de Haro, obispo de Segovia y Diego López de Salcedo casado con María Álvarez, hija de Álvaro Fernández Potesta.Титуле : Señor de la Guardia
Титуле : Señor de Bailén
Hijo primogénito de Lope Íñiguez de Mendoza, III señor de Llodio, de Tudejón y otros lugares, y de su esposa Teresa Jiménez. Supuso un claro exponente de los aristócratas locales de la frontera navarro- castellana, cuya posición dependía de sus servicios al Monarca, navarro o castellano, y a la alta nobleza, los Haro o los Lara. Asimismo, heredó de su grupo familiar la vinculación con el monasterio premostratense de Santa María de Bujedo, centro religioso fundado por su abuela Sancha Díaz de Frías; así, junto a su hermano Diego y otras personas, donó a este cenobio tres herrenes y una heredad en Cameno en 1210.
En sus primeros años de actividad pública, Íñigo evidenció una lógica vinculación con la Monarquía navarra, gobernante en sus territorios familiares, y con los Haro, linaje titular del señorío de Vizcaya y emparentado con los Mendoza. Entre 1194 y 1197 poseyó Zaitegui en nombre del rey Sancho VII de Navarra. Por esas mismas fechas, confirmó una donación de Aldonza, viuda del señor de Vizcaya Lope Díaz de Haro. Los avatares políticos de principios del siglo xiii fueron trastocando las fidelidades iniciales de este personaje.
Al pasar Álava a Castilla hacia 1200, entró bajo la obediencia del rey de Castilla Alfonso VIII, conservando su vasallaje respecto a los Haro. Bajo las armas de este Monarca, participó, como “ome” del señor de Vizcaya Diego López de Haro, en la batalla de las Navas de Tolosa, acción de armas que le permitió añadir una cadena de oro a su escudo de armas. Esta fidelidad a la Monarquía castellana se prolongó durante el efímero reinado de Enrique I, cuyos privilegios confirmó en la primavera de 1217.
La oscura y prematura muerte de este Monarca trastocó los vínculos vasalláticos del IV señor de Llodio. Algunas crónicas le atribuyen la responsabilidad del magnicidio; la más explícita al respecto es la Crónica geral de Espanha de 1344, donde se asegura que Enrique I murió “a causa de una teja que Iñigo de Mendoza le tiró a la cabeza”; en cambio, otros relatos, como la Primera crónica general de España, buscan la causa de esta muerte en el inocente juego de un anónimo doncel. Es posible dudar de su implicación. El asesinato del rey castellano podía responder a los intereses de un Íñigo López de Mendoza alineado con los Haro en el apoyo a la reina Berenguela y al hijo de ésta, Fernando, futuro Fernando III; sin embargo, los hechos posteriores al fallecimiento de Enrique I desmienten esta hipótesis. El protagonista rompió con los Haro para entrar al servicio de sus rivales, los Lara. Íñigo López se unió con sus huestes al conde Álvaro Núñez de Lara en Valladolid para enfrentarse a las aspiraciones del infante Fernando, respaldadas, además de por los Haro, por otros importantes linajes de la nobleza castellana: los Girón, los Téllez y los Cameros. Tras su derrota, siguiendo los pasos de los Lara, juró obediencia al nuevo monarca castellano Fernando III y, en consecuencia, aparece confirmando algunos de sus documentos.
Su servicio a los Lara determinó la trayectoria posterior de Íñigo López. En 1237, testificó en la confirmación real de la venta de la villa de Paredes realizada por Alvar Pérez de Lara; nueve años más tarde, fue fiador de Nuño González de Lara cuando éste vendió su heredad de Sasamón. Los enlaces nupciales de Íñigo y de sus hijas reflejan también esta vinculación feudal. Íñigo López de Mendoza contrajo matrimonio con Leonor Hurtado, quien, además de señora de Mendívil, Estarrona, Martioda, Cueto, Veto y otros lugares de Álava, era la hija de Fernán Pérez de Lara, mayordomo mayor del rey castellano Sancho III y nieto del conde Pedro González de Lara; del mismo modo, su hijas Inés de Mendoza y Emilia Íñiguez de Mendoza se casaron respectivamente con Fernández de Lara, señor de Valdenebro y Paroya, y con Fernán Gutiérrez de Castro, señor de Lemos y Sarria, ambos miembros de la Casa de Lara.
Ante la disminución de los ingresos de la explotación de la tierra y el incremento de la rentabilidad de las rentas monetarias procedentes del ejercicio de las facultades jurisdiccionales, Íñigo López de Mendoza, al igual que los otros nobles y aristócratas, intentó obtener la administración de “tenencias” regias, como la citada de Zaitegui, y del usufructo de rentas eclesiásticas, obtenidas gracias a su oficio de “prestamero” en Treviño y la posesión de parte de las cuartas decimales de las parroquias alavesas de Pangua, San Esteban, Añastro, Faido, Muergas, Murgueta, Estavillo, Lacervilla y “Amifollas” en 1240.
Se ignora la fecha de su fallecimiento, aunque progresivamente fue repartiendo sus responsabilidades jurisdiccionales entre su descendencia más próxima. Su primogénito, Hurtado de Mendoza, poseía ya en 1198 la “tenencia” de Zaitegui, localidad a la que añadió las de Peralta y Caparroso en 1237 y 1238 bajo el monarca navarro Teobaldo I; en cambio, Llodio quedó bajo el señorío de su segundo vástago Íñigo Íñiguez de Mendoza, quien le acompañó al confirmar la citada venta de Nuño González de Lara en 1246; respecto a su tercer hijo, Fernán Íñiguez de Mendoza, se carece de datos sobre sus actos jurídicos y su patrimonio. No es probable identificar al protagonista con el Íñigo López de Mendoza, partidario de Sancho IV, en la sublevación de éste contra su padre Alfonso X, y receptor de collazos en Muruzábal de manos del monarca navarro Teobaldo II, pues ello supondría atribuirle una extraordinaria longevidad.
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Tomás Sáenz de Haro
http://dbe.rah.es/biografias/44018/inigo-lopez-de-mendozaТитуле : Infante de León
Титуле : Alférez del rey de León
Титуле : Señor de Monteagudo
Титуле : Señor de Aguilar
Свадба: <46!> ♀ Teresa Díaz de Haro [Díaz de Haro]
Смрт: 25 август 1220
Свадба: <36!> ♂ Lope Diaz de Haro (Lope Diaz II de Haro, Apodado "Cabeza Brava".) [Haro]
Смрт: изм 1244 и 1258
"Don Lope Díaz fue fijo vastardo de don Lope Díaz, fijo de don Diego López, Señor de Vizcaya, e diole este su padre a castiel Carra de Loredo e pobló allí en Villamonte, cavo aquel castillo. Ovo un fijo, que llamaron don Ferrando de Avanto porque pobló allí, e fue omne que valió mucho e fizo los monesterios de Sant Pero e de Santa Juliana de Avanto. E enpeñó a Sant Pero por mil maravedís viejos al Señor de Vizcaya por reveldía de un su fijo vastardo que forçó una fija de un labrador de Aldoache; e por esto la perdieron sus dependientes. E casó una fija legítima, que no avía otro eredero, con don Sancho Pérez de Fresnedo, fijo de don Garçía de Çorroça, que era fijo mayor del Señor de Ayala, que tomó este nonbre porque pobló allí, commo se á contado en el título de los Señores de Ayala, // [Fol. 382 r., col. a] que era este don Sancho Pérez su fijo legítimo segundo. E pobló con ella en el Fresnedo, porque le pareçió mejor logar que no Avanto, e fizo allí sus palaçios e vivienda; e ganó todo aquel solar con la azeña, así commo va de Fresnedo la de Arriba fasta la de Avaxo e como ba por el camino real a la Vargilla, ca este don Sancho Pérez en Fresnedo la de Arriba pobló e fizo allí dos palaçios. E muerto don Ferrando de Avanto, eredó a Santa Juliana e todo lo suyo, salvo a Sant Pero de Avanto, que quedó enpeñada al Señor de Vizcaya, commo dicho es.
Este don Sancho Pérez ovo fijos en esta fija de don Ferrando a don Furtund Sánchez de Fresnedo, que tomó este nonbre por aquella vivienda, e ovo otra fija, que llamaron doña Juana. E quando morió don Sancho Pérez, partieron estos fijos el solar e azeñas e palaçios a medias, segund la costunbre de aquel tienpo, e quedó a don Furtud Sánchez el un palaçio de Vaxo con la meatad de la azeña e eredades e quedóle por mayorazgo los dichos monesterios de Sant Pero e Santa Juliana, quitando el enpeñamiento de Sant Pero; pero después no gela quiso dar el Señor, con fuerça del señorío. E de aquella hermana d'este Furtud Sánchez, venieron la generaçión d'Ínego Sánchez de Fresnedo, que fezieron en la su meatad la casa de Abaxo, que es cavo la azeña.
Este don Furtud Sánchez, seyendo casado, ovo un fijo que llamaron el Infançón sobrenonbre, diziendo que era mucho fijodalgo, e una fija que llamaron doña María Sánchez de Fresnedo. E moriendo este Infançón de XVIII años en vida de su padre, dexó una fija vastarda, donde vienen Sancho Sánchez de Larrea e los de Iloçeaga e de Garaicával; e a día de su fin eredó a esta su nieta de la quarta parte de sus eredades e azeña. E casó a dona María Sánchez, su fija, con este Pero Sánchez Porra, fijo de don Sancho Ortiz Marroquín, que tomó este nonbre de Muñatones por su madre. Eredó con ella el un palaçio e ere-dades [col. b] e azeña de Fresnedo, menos aquel quart[o] (919) que dio aquella nieta. E ovo fijos en ella a Diego Pérez de Muñatones e a Ferrand Sánchez de Muñatones e a doña María Sánchez, que casó en Retuerto, e a doña Teresa Sánchez, que casó en Vañares, e a doña Juana, que casó en Gordón. E ovo otras fijas de ganançia, donde suçede su generaçión, como adelante se dirá."
Bienandanzas e Fortunas, Lope Garcia de Salazar.